De la riqueza de recursos a la creación de empleos. La Nación, Buenos Aires (02/08/2016)

2016Ramiro Albrieu

"Pese a sus heterogeneidades, las economías de América del Sur, parecen estar mejor preparadas para las turbulencias globales respecto de episodios anteriores de apreciación del dólar, aunque la dolarización y los nichos de vulnerabilidad en los mercados de deuda corporativa siguen siendo una preocupación", advierte el reporte de la Red Sur "Riqueza de recursos naturales: ¿riqueza de empleos?".

 

Ramiro Albrieu, profesor de la UBA, investigador asociado del Cedes y coordinador del Programa de Recursos Naturales y Desarrollo de la Red Sur dirigió el trabajo en el que se analizan los nuevos rasgos del comercio internacional y sus efectos sobre los mercados de trabajo en los países de la región, especializados en recursos naturales.
 
Se detectaron tres motores de cambio que están desafiando a los mercados de trabajo globales:
 
1) Factores demográficos están trasladando la mano de obra hacia el Sur.
 
2) La fragmentación de la producción mundial y el surgimiento de las cadenas globales de valor están modificando la naturaleza misma del comercio internacional, pasando del enfoque tradicional del comercio de bienes finales a uno reemplazado por una gran variedad de modelos globales de "insumo-producto" que ilustran las conexiones económicas y los eslabonamientos entre países, y de estudios microeconómicos sectoriales. La principal novedad es la redefinición de los conceptos de ventaja comparativa y patrón de especialización, ligándolos no a bienes finales sino a etapas o tareas que agregan valor a los procesos globales de producción.
 
3) La automatización permite tanto la sustitución de mano de obra por máquinas como la deslocalización de la producción a países en vías de desarrollo.
 
Albrieu comentó a la nacion que una de las motivaciones para desarrollar la investigación tiene que ver con una idea de la década de los 50 y 60, aún bastante arraigada en la opinión pública de los países ricos en recursos naturales de que un sesgo productivo y exportador hacia esos recursos es una mala idea. "En aquella época se aceptaba que la capacidad de una estrategia de desarrollo basada en las ventajas comparativas para generar suficientes empleos de calidad para la creciente masa urbana era muy limitada. En el reporte nos preguntamos si esa hipótesis, que tenía perfecto sentido en aquel momento, sigue en pie en un mundo actual, totalmente distinto: países con gran población se expanden y elevan la demanda global de materias primas; la producción se organiza a escala mundial a través de las cadenas globales de valor y ello redefine los principios de ventajas comparativas; y los avances tecnológicos penetraron todos los sectores de la economía.
 
Los interesados pueden acceder al informe completo, en español, aquí.
 

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