¿Es contagioso? Impactos de la coyuntura argentina sobre Uruguay

2014

Tal como ha sucedido a lo largo de la historia, las decisiones políticas y económicas de la vecina orilla repercuten en nuestro país con distinta magnitud y rapidez, a través de diversos canales. En esta oportunidad los impactos directos de la economía argentina y su inestabilidad parecen transmitirse a través del canal comercial, en tanto Argentina constituye uno de los principales socios comerciales a nivel global, en especial en términos de servicios turísticos. Por tanto, la pérdida de valor del peso argentino altera los precios relativos y la competitividad al tiempo que las restricciones argentinas al comercio importador afectan directamente las exportaciones uruguayas. El sistema financiero ha reducido sustancialmente su exposición al riesgo argentino, registrándose muy bajos porcentajes de depósitos y créditos a argentinos en la plaza local, con lo que no se espera impactos significativos en este sentido.

 

Síntomas en el comercio de bienes

Si bien el comercio bilateral de bienes con Argentina ha reducido sustancialmente su participación en el comercio exportador de Uruguay, aún tiene cierta incidencia en algunos sectores industriales. Durante el último año las exportaciones a Argentina significaron un 5,6% de las exportaciones totales, cifra que evidencia los efectos nocivos de la política exterior argentina que impuso trabas a su comercio importador, dificultando el acceso e incrementando los costos. Este registro representa el tercer año consecutivo de caída en la participación del comercio bilateral en el comercio internacional de Uruguay. Aunque la participación del comercio bilateral con Argentina ya se había debilitado luego de la crisis de 2002, debe recordarse que en el 2000 las exportaciones a Argentina representaban un 18% del  total.

Los perjuicios de las medidas argentinas se han evidenciado fundamentalmente en algunos sectores industriales, como el sector textil y de vestimenta, la fabricación del papel, encuadernación e impresión y fabricación de electrodomésticos, entre otros. Si bien algunas de las industrias afectadas han logrado reorientar su comercio al menos parcialmente, aún queda un largo camino de reestructura en muchos de estos sectores dada la alta dependencia del comercio bilateral. Más allá de que el impacto se ha procesado en los últimos meses, las recientes medidas podrían tener nuevos impactos, en especial sobre el empleo en estos sectores intensivos en mano de obra.

Gráfico 1 - Comercio bilateral con Argentina (prom. año móvil, mill. USD)

Fuente: BCU

De 2001 a la fecha (ver gráfico 1) el saldo del comercio de bienes con Argentina ha sido deficitario. Los mayores déficits se registraron entre mediados de 2008 y 2009, siendo de casi 150 millones de dólares (valores corrientes, promedio año móvil). A esto debe agregársele la pérdida de competitividad-precio respecto a Argentina, la cual ha incentivado el incremento de las importaciones, mientras que las exportaciones avanzan más lentamente. 

El déficit comercial mensual con Argentina se ubicó en promedio durante el último año cercano a los 100 millones de dólares, acumulando 1.163 millones de dólares, aprox. 2,3% del PIB de 2012. Si bien el saldo es aún significativamente negativo, durante el último año se registró una reducción del déficit cercana al 6% como consecuencia de una mayor reducción interanual de las importaciones (4,9%) que de las exportaciones (2,4%) hacia Argentina.

La pérdida de competitividad medida a través del tipo de cambio real bilateral con Argentina alcanzó en 2013 el 6,5% cuando se toma como referencia el tipo de cambio oficial y el 26,5% cuando la referencia es el paralelo (blue) . Durante el mes de enero, el tipo de cambio real se redujo 10,2% en el primer caso y 17,7% en el segundo, con lo que la competitividad se resintió aún más. A esto se le suman las nuevas medidas proteccionistas anunciadas por el gobierno argentino, que comenzaron a regir a partir del 17 de febrero y establecen que el BCRA dejará de vender divisas a importadores, requiriendo éstos financiamiento propio, de créditos internacionales o de sus respectivas casas matrices. De esta forma se impone una limitación sustancial al comercio importador desde el vecino país, de la cual nuestras exportaciones no serían ajenas.

En consecuencia, ante un escenario de cotización del dólar oficial más alta y restricciones en el acceso a divisas al comercio exportador es de esperar que las exportaciones uruguayas se vean reducidas aún más, continuando su tendencia decreciente. Simultáneamente, las importaciones de bienes desde Argentina se abaratan en términos relativos, compitiendo con los productos locales. No obstante, cabe destacar que gran parte del impacto parece ya haberse procesado en el mercado cambiario local.

Y en el comercio de servicios

En el comercio de servicios se destaca el turismo por su importancia y por los encadenamientos con otros sectores de actividad. De acuerdo a datos publicados por el Ministerio de Turismo y Deporte y la Dirección Nacional de Migraciones, durante el último año visitaron nuestro país más de 1,6 millones de argentinos, cifra que representó 6,5% menos que en 2012. Simultáneamente, el flujo de turismo emisivo hacia Argentina aumentó incentivado por los menores precios en dólares, acumulando cerca de 1,7 millones de uruguayos que visitaron Argentina, un 26,6% más que durante el mismo período de 2012.

Como consecuencia de lo anterior, el saldo bilateral de turistas registró niveles negativos en 2013. Puntualmente, en el año se acumuló saldo negativo de más de cien mil turistas. En cuanto al gasto realizado, si bien el saldo anual es aún positivo y alcanza los 386 millones de dólares, durante el segundo y tercer trimestre del 2013 la salida de divisas superó el ingreso por concepto de turismo .

Gráfico 2 - Comercio bilateral de Servicios con Argentina: cantidad de turistas (en miles) y gasto (en millones de dólares corrientes)

Fuente: MINTURD y DNM

Cabe destacar  que de acuerdo al patrón estacional, el saldo de turistas e ingreso de divisas asociado suele ser altamente positivo durante la temporada estival, en tanto se reduce significativamente durante el segundo y tercer trimestre del año. Como se puede apreciar en el gráfico 3.2, desde 2011 el saldo bilateral de turistas con Argentina es negativo en temporada baja, mientras que el cambio de signo se evidencia en el gasto recién en 2012. No obstante, y a pesar del patrón estacional, los datos del último trimestre de 2013 (temporada alta) reflejan un mayor egreso que ingreso de turistas.

En este contexto, las medidas recientemente implementadas por el gobierno argentino podrían tener efectos contrapuestos. Por un lado, la posibilidad de acceder a dólares para algunos sectores de la población podría constituir una buena señal para el turismo, aunque el mayor valor del dólar oficial encarece aún más al Uruguay. Sin embargo, si este proceso fuera acompañado de una reducción de la cotización del dólar paralelo podría significar una reducción de los costos para quienes accedan a la divisas a través de este medio. La caída de las reservas y las recientes restricciones aplicadas al sector importador, junto a la incertidumbre, no darían lugar a una nueva reducción de las limitaciones de acceso a dólares por lo que se espera que la referencia del mercado paralelo continúe siendo significativa.

Estimaciones de cinve a partir de la información de ingreso de turistas del MINTUR y la DNM hasta diciembre de 2013 señalan una fuerte retracción de la llegada de turistas argentinos, en torno a 18% para la temporada estival. Estos resultados se explican tanto por la reducción del flujo de turistas como por las restricciones cambiarias, el deterioro de los precios relativos y la desmejora de la situación económica argentina. De esta forma, se verán resentidos el ingreso de divisas por concepto de turismo y el nivel de actividad y empleo sectorial. Cabe recordar que en 2012 el sector turístico contaba con más de 90.000 ocupados.

En cuanto al turismo emisivo caben apreciaciones similares. Dado que la cotización del peso argentino depende del valor del dólar tanto en el mercado oficial como en el paralelo, existen fuerzas contrapuestas en la medida en que la brecha entre ambas se reduzca. Hasta el momento se ha evidenciado una tendencia decreciente en el valor del peso argentino, ubicándose el promedio de enero un 14,1% por debajo de diciembre (interbancario). Si bien la devaluación generaría presiones inflacionarias en el vecino país, una menor cotización de la moneda argentina en nuestro país podría derivar en una relación de precios relativos que incentive aún más el turismo de uruguayos en Argentina. En un futuro cercano no es de esperar que la brecha de competitividad se cierre, por lo que el turismo emisivo hacia el vecino país (en especial el turismo de compras) continuaría incentivado por la relación de precios. De esta forma, el saldo turístico con Argentina continuaría deteriorándose.

En consecuencia, la pérdida de competitividad precio en la relación bilateral debilita los resultados a nivel comercial tanto de bienes como de servicios, a pesar de que gran parte del ajuste ya se ha procesado. El agravamiento de esta situación seguramente tendrá un impacto sobre el nivel de actividad. Adicionalmente, el turismo de compras en Argentina genera un corrimiento de la demanda interna hacia dicho país, a través de la sustitución de consumo doméstico por consumo fuera de fronteras. Este elemento, de particular relevancia durante 2013, continuaría incidiendo sobre el desempeño del comercio nacional, tanto en términos de actividad como de precios. En este último, es esperable que de mantenerse esta tendencia, junto a la deflación en dólares vigente en Argentina, algunos sectores expuestos a esta realidad reduzcan sus precios de forma de mantener cierto nivel de competitividad ante la llegada de mayores productos provenientes del país vecino.

En síntesis, ¿es contagioso? El principal canal de contagio para Uruguay ante la situación actual de Argentina parece ser el comercial. Por su parte, el canal financiero se ha debilitado sustancialmente en los últimos años, reduciendo la exposición del sistema bancario. Otro canal de posible impacto es el de las inversiones de argentinos en Uruguay, aunque la información disponible no permite concluir al respecto.

Por otro lado, es particularmente relevante el comercio de servicios dada su alta dependencia de Argentina, siendo el sector que más se ha visto afectado. No obstante, debe tenerse en cuenta que parte de los impactos ya se han procesado a través del deterioro de la relación bilateral de precios y las restricciones cambiarias. En este sentido, si bien las vulnerabilidades históricas se han reducido, Argentina continúa incidiendo en el desempeño local. Por tanto, se espera que las consecuencias de la coyuntura argentina impacten en el nivel de actividad global y sectorial y el mercado laboral aunque distarán de ser dramáticas, dado que parte de este efecto ya parece haberse procesado.

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