Desigualdad y desempeño macroeconómico:las implicancias del diseño de la política fiscal (Documento de trabajo 9)

2014

Los autores se focalizan en los efectos macroeconómicos y distributivos de largo plazo de diferentes instrumentos de política fiscal tanto por el lado de los gastos como de ingresos del gobierno, sobre la actividad económica y la distribución del ingreso en Uruguay.

Los datos utilizados por los autores para el período 1981-2011 son anuales. La frecuencia y longitud de las series temporales analizadas se ven limitadas por la disponibilidad de datos de desigualdad.

Las diferentes medidas de desigualdad fueron obtenidas a partir de indicadores recientemente desarrollados por el IECON12. Un aporte significativo es la consistencia de estos indicadores durante tres décadas, y la posibilidad de analizar la desigualdad media de ingreso (coeficiente de Gini e índice de Theil), así como el uso de quintiles de ingreso que permiten analizar cómo los diferentes grupos de ingreso se ven afectados por las diferentes políticas fiscales consideradas.

Por su parte, las series macroeconómicas del PIB se obtuvieron de la base de datos del Banco Central de Uruguay y se encuentran expresadas en términos reales (millones de pesos constantes de 2005).Finalmente, las variables de política fiscal fueron elaboradas por el IECON en base a información proveniente del Ministerio de Economía y Finanzas, la Contaduría General de la Nación y el Banco de Previsión Social de Uruguay.

Entre los resultados, los autores destacan la existencia clara de efectos keynesianos de largo plazo asociados con el gasto público corriente. En particular, un incremento de un punto porcentual en el gasto corriente incrementa el PIB en el largo plazo en alrededor 0,8 puntos porcentuales (Furcery y Zdzienicka, 2012 encuentran un efecto expansivo similar para una muestra de países de la OCDE). El resto de las categorías fiscales (inversión pública, impuestos directos e indirectos) no tienen efectos significativos sobre el PIB.

Por otra parte, se evidencia un efecto positivo y significativo sobre la desigualdad cuando se incrementa el gasto público corriente. Un elemento clave es observar el resultado que tiene la inversión pública en infraestructura: un mayor gasto del gobierno en infraestructuras reduce la desigualdad de largo plazo (Calderón y Servén, 2004) pues ayuda a las áreas subdesarrolladas de la economía a estar conectadas con los centros de actividad económica, permitiendo el acceso a oportunidades productivas adicionales, y también las infraestructuras mejoran el acceso a servicios de educación y salud (Brennenman y Kerf, 2002).

Un aspecto relevante es que las políticas fiscales que presumiblemente reducen la desigualdad (gasto corriente e impuestos directos), en el caso de Uruguay tienen los efectos contrarios incrementando ligeramente la desigualdad; mientras que un porcentaje relativamente pequeño de los recursos destinados al gasto, como es la inversión pública, reducen la desigualdad.

Los autores concluyen que los resultados obtenidos en el caso de Uruguay confirman los argumentos de Goñi al (2011) en el sentido de que el impacto redistributivo del sistema fiscal en países de América Latina es muy pequeño, y también que la redistribución se alcanza principalmente a través de las transferencias (gasto corriente) en lugar de los impuestos. Por otra parte, nuestros resultados también confirman el principal hallazgo de De Mello y Tiongson (2006) que argumentan que las sociedades más desiguales gastan menos en redistribución, en otras palabras que mayormente no redistribuyen a través de las políticas públicas.

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