Dinámica de crecimiento en Uruguay: evolución reciente y perspectivas para el 2011

2011

 

Si bien aún se desconoce a cuánto alcanzará el crecimiento económico en 2010, hay un importante consenso respecto de que el mismo será elevado, situándose entre un 7,5% y un 8,8% según las proyecciones de analistas consultados por la en-cuesta selectiva de expectativas del BCU. Para el año 2011, si bien se espera una moderada desaceleración del nivel de actividad, se proyecta nuevamente una fuerte expansión económica de entre un 4,2% y 6%, también según la encuesta de expectativas del BCU. Es decir, existe también para 2011 un significativo consenso respecto de que la economía continuará su trayectoria expansiva. La mayor expansión del consumo, que en el presente año alcanzará casi un 9% introduce algunas dudas sobre la sostenibilidad del crecimiento más allá del 2011. En efecto, si bien la expansión de la demanda agregada determina a corto plazo un impulso sobre la producción, es conocido que a largo plazo, si no se incrementa la capacidad productiva de la economía, lo que requiere de un continuo proceso de inversión de capital, tanto físico como humano, los incrementos de demanda tienden a diluirse en presiones sobre los precios.  

 

Evidencia del ciclo y la tendencia

 La descomposición del PIB en sus componentes inobservables de tendencia y ciclo constituye una primera herramienta para evaluar en qué medida el crecimiento económico reciente responde únicamente a un incremento de la demanda agregada, y en qué grado ha sido acompañado por una expansión de la capacidad de producción de la economía.  

 

La evolución de la trayectoria tendencia de una serie temporal es indicativa del comportamiento de largo plazo de la misma; en el caso del PIB ésta se encuentra principalmente asociada a variaciones de la capacidad productiva. En tanto, el componente cíclico del PIB se encuentra fundamentalmente asociado a las fluctuaciones de demanda que provocan desvíos de corte transitorio entre la capacidad potencial de producción y el producto efectivamente observado. En este sentido una expansión dominada por el componente de tendencia resulta más estable que una dominada por el componente de ciclo. Como puede observarse en el gráfico 1, el componente cíclico del PIB se encuentra actualmente por levemente encima de la tendencia de largo plazo del PIB (aproximadamente un 2%). Ello es indicativo de que el nivel actual de demanda agregada resulta superior al nivel potencial de la economía, determinando un cierto grado de sobrecalentamiento de la misma.  

 

Gráfico 1 – Componente cíclico del PIB (en % de la tendencia)  

 

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Fuente: Estimaciones propias. 

 

No obstante, también se puede apreciar en el gráfico que el componente cíclico del PIB se encuentra en una fase positiva pero relativamente reducida y decreciente. En este sentido, es posible concluir que una parte muy importante del crecimiento reciente ha estado sostenida por un incremento del lado de la oferta, es decir la capacidad de producción de la economía, lo que ha permitido sostener los históricos niveles de expansión registrados, con únicamente moderadas presiones sobre los precios. Esta misma conclusión se obtiene al analizar la evolución de la tendencia del PIB, que como se mencionó anteriormente, al concentrarse en la evolución de más largo plazo, tiende a ser representativa de la evolución de la capacidad de producción de la economía y no de las fluctuaciones de la demanda. Como se observa en el gráfico 2, el crecimiento tendencial de la economía se incrementó persistentemente luego de la crisis de 2002, ubicándose actualmente en valores en torno al 6%.  

 

Gráfico 2 – Tendencia de largo plazo del PIB (variación % anual)

 

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Fuente: Estimaciones propias. 

 

Estos registros tendenciales de crecimiento, además de ser los valores más elevados de los últimos 30 años, tienden a aproximarse al crecimiento efectivo del PIB. Nuevamente cabe señalar que fue este fuerte crecimiento de la capacidad de oferta de la economía el que ha permitido evitar que se genere un exceso de demanda significativo que presione sobre la inflación. En efecto, el significativo crecimiento tendencial, es la contracara de un componente cíclico reducido en un contexto de fuerte crecimiento económico.  

 

Evidencia de los agregados macroeconómicos

 

La descomposición del PIB según los diferentes componentes del gasto agregado, en conjunto con la evolución de la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos constituye otra forma de aproximarnos al análisis de la sostenibilidad del crecimiento. Síntomas característicos de una economía sobrecalentada o que tiende a sobrecalentarse (donde el crecimiento de la demanda no es acompañado por un incremento de la capacidad de producción) pueden advertirse a partir de este análisis. 

En efecto, una economía que tiende a sobrecalentarse generalmente presenta un crecimiento liderado por el consumo, con un menor crecimiento de la inversión y donde las importaciones crecen de forma importante deteriorando la cuenta corriente de la balanza de pagos. Una mirada rápida de los datos de Cuentas Nacionales recientemente publicados por el BCU correspondientes al tercer trimestre del año, podría sugerir signos de recalentamiento de la economía, dado que se registró un importante crecimiento del gasto en consumo final (9,5%), en conjunto con una contracción de la formación bruta de capital (-4,4%). No obstante, el análisis de datos correspondientes únicamente a un trimestre no resulta adecuado para un análisis de este tipo.  

Cuando se observa la evolución de los componentes del gasto agregado en los últimos años, se aprecia un proceso de crecimiento con características positivas respecto a su sostenibilidad de mediano y largo plazo (v. gráfico 3).  

En primer lugar, la formación bruta de capital ha sido generalmente el componente del gasto de mayor crecimiento en prácticamente todos los últimos años, con excepción del 2009, donde la incertidumbre vinculada con la crisis internacional determinó una im

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