Uno de los rasgos característicos de la crisis global actual es el regreso del proteccionismo en sus diversas formas. La World Trade Organization relevó que para agosto de 2009, 13 de los 20 países del G20 ya habían anunciado algún tipo de medida proteccionista. Economías pequeñas y abiertas como la uruguaya se vuelven muy vulnerables frente a un mundo “más cerrado”. Desde la dependencia del punto de vista comercial, pasando por la relevancia de la inversión extranjera directa y terminando por el peso de los depósitos de no residentes en el sistema financiero local, Uruguay depende de que el mundo quiera abrirse para crecer. En esta segunda nota nos ocupamos de los efectos del proteccionismo sobre la cuenta de capital.
Comencemos por la Inversión Extranjera Directa. La IED ha sido uno de los componentes de la balanza de pagos que ha presentado mayor dinamismo en la última década. Tal como podemos apreciar en el gráfico 1, hoy nuestra economía está más influenciada por estos flujos que en tiempos pasados.
Gráfico 1. Evolución de la IED como porcentaje del PIB
Fuente: BCU
Mientras que a fines de los 90 la IED no llegaba a representar el 1% del producto nacional, se situó en 5,4% para 2011, luego de alcanzar su máximo de 6,3% en 2010. El mayor valor para el período considerado es el de 2006, cuando representó el 7,6% del PIB, tras la instalación de Botnia (actual UPM) en Fray Bentos.
Cuadro 1. IED por país emisor, % sobre total
Fuente: BCU.
Si disgregamos la IED por origen, vemos nuevamente que Argentina es el principal emisor durante toda la década pasada. Tal como se puede apreciar en el cuadro 1, en estos últimos años, tanto el peso de Argentina como el del Mercosur aumentaron, explicando cerca de un tercio del total. Otros contribuyentes no menores son Brasil y Estados Unidos. Finalmente, cabe resaltar la caída sustancial de la participación española luego de la crisis de 2008.
Una de las principales vías de IED es la compra de tierra por parte de extranjeros. Según los datos del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, para 2008 y 2009 el 65% de las compras fueron efectuadas por parte de no residentes, donde se destaca la participación de ciudadanos argentinos en el 4% de estas transacciones. Cabe mencionar que dicho guarismo sólo engloba compras de personas físicas, por lo que no incluye sociedades anónimas, que representan cerca del 50% de los compradores y no es posible disgregar por nacionalidades.
Pasemos al canal financiero. La inversión en cartera del sector privado también evidencia un cambio en los últimos años, revirtiendo la tendencia negativa o nula debido a la redinamización de la entrada de capitales extranjeros (gráfico 2).
Si bien no se poseen datos oficiales para el primer trimestre de este año, algunos indicadores adelantan que la inversión en cartera del sector privado continúa creciendo, e incluso a un mayor ritmo, como consecuencia de la reciente obtención del grado inversor. En línea con esto, podríamos inferir que los movimientos de esta variable continuarán en la misma directriz durante el 2012, mientras no se presenten mayores episodios de volatilidad a nivel internacional.
Gráfico 2. Inversión en cartera del sector privado medida en términos de PIB, en porcentaje
Fuente: BCU.
La exposición del sector financiero uruguayo al resto del mundo también se evidencia a través del peso de los depósitos de no residentes en el total de depósitos del sistema bancario. Este porcentaje ha descendido sustancialmente en los últimos diez años, reduciendo relativamente así la vulnerabilidad del país ante posibles episodios de corridas a nivel internacional.
Gráfico 3. Depósitos de no residentes en términos del total de depósitos del sector privado no bancario, en porcentaje
Fuente: BCU.
Como podemos notar en el gráfico 3 desde mediados de 2011, sus valores se sitúan por debajo del 20% mientras que previo a la crisis de 2002 se ubicaban por encima del 35% e incluso llegaron a representar el 45% del total de depósitos del sector privado no bancario.
En suma, en esta nota y la anterior hemos revisado diversos indicadores que evidencian distintos grados de vulnerabilidad y exposición respecto de la situación económica internacional y de las medidas proteccionistas implementadas por algunas economías de importancia cardinal para nuestro país. Los indicadores, a su vez, han evolucionado de manera diversa en los últimos años. Todos hablan de una alta exposición a la situación económica internacional, si bien algunos de ellos han evolucionado positivamente en los últimos años, como la diversificación por destino de las exportaciones y el peso de los depósitos de no residentes. Por otro lado, la concentración de los turistas por nacionalidad se ha incrementado elevando la exposición a Argentina, en tanto que la IED ha ganado peso en términos de PIB, también fuertemente ligada a las inversiones provenientes de la región. Estos indicadores nos muestran que si bien se ha avanzado en materia de diversificación y de mitigación de riesgos, la estrategia deberá apuntar a profundizar estos avances, principalmente en algunos rubros, como el turismo, que siguen mostrando una alta exposición a un sólo socio comercial.