Reporte del crecimiento mundial post-crisis

2013

A más de cuatro años del inicio de la crisis, la persistencia de la inestabilidad global profundizó un fenómeno que ya estaba presente antes: la heterogeneidad en las dinámicas de crecimiento a lo largo del mundo. En suma, se trata de ver cómo afectó la crisis a cada país o región en particular.

En Estados Unidos el panorama se considera positivo si se tiene en cuenta que se evitó lo peor: ya en 2011 el nivel de actividad había superado los niveles previos a la crisis subprime. El peligro de repetir lo sucedido en la década de 1930, la Gran Depresión, parece ya lejano: en aquella oportunidad el PBI se redujo un 25% entre 1930 y 1933, y recién a fines de la década retomó los niveles previos al crash de 1929; esta vez el colapso apenas duró dos años y el piso se ubicó un 5% por debajo del pico previo. Sin embargo, el crecimiento no alcanza para mejorar las perspectivas de empleo, y el inicio del “secuestro fiscal", que significa un recorte de 85 mil millones de dólares en el presupuesto, hará retornar a las fuerzas recesivas.

Gráfico 1. Divergencia en el mundo agregado

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Fuente: OECD

Europa siguió un camino distinto. Si bien las tensiones financieras se redujeron, el ajuste externo y fiscal en curso significa en los hechos una presión deflacionaria que impide el crecimiento. Aún  en ese entorno recesivo, dentro de Europa también hubo caminos divergentes. Alemania y los países nórdicos mantienen sus economías en una (moderada) expansión, mientras que en los países del sur  el nivel de actividad se está contrayendo. De hecho, en países como España o Italia el PBI se encuentra un 7%/8% por debajo de los niveles previos a la caída de Lehman Brothers y la generación de empleo se ha estancado. España es el caso más dramático: allí la tasa de desempleo de 2012 fue de 25.2%.

Gráfico 2. Divergencia en el Europa

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Fuente: OECD 

La divergencia no es propiedad de los países de altos ingresos: también está sucediendo en el mundo emergente. Si nos detenemos en los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), la divergencia es un hecho estilizado, en tanto la dispersión en las tasas de crecimiento va desde el 1% al 8%. Arriba de todo se encuentra China: allí el crecimiento de 2012 fue del 7.7%, lo que representa una fuerte moderación en relación a la dinámica previa a la crisis, cuando crecía a tasas de dos dígitos. Abajo de todo está Brasil, que luego de haber registrado un crecimiento superior al 5% en 2010-2011, en el año que acaba de terminar apenas arañó el 1%. En un lugar intermedio, Sudáfrica y Rusia crecen a tasas más modestas, mientras que la desaceleración más marcada le correspondió a la India. En el país asiático la tasa de crecimiento promedio en la primera década del siglo XXI fue superior al 8%; sin embargo, apenas creció  apenas creció un 4.5% en 2012 y el registro del último trimestre de 2012 fue similar al del último trimestre de 2008 –el momento de la eclosión de la crisis internacional.

Gráfico 3. Divergencia en el mundo emergente

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Fuente: OECD

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