Los motores de crecimiento en Uruguay

2011

Al analizar el crecimiento de una economía, se suelen identificar como determinantes directos al capital humano y al capital físico. Sin embargo, existen otros factores que también inciden sobre el crecimiento, y que pueden ser recogidos a través de la Productividad Total de Factores (PTF). La PTF refleja la eficiencia general con la que el trabajo y el capital son utilizados, y es interpretada como el impacto del progreso tecnológico -no incorporado en los factores productivos- sobre el crecimiento de la economía.

Durante las últimas dos décadas (1991-2010), casi el 60% del aumento del producto se explica por incrementos en el capital humano, tanto por el incremento de la fuerza laboral como por su mejor calificación.

 

 En los últimos seis años, sin embargo, las contribuciones al crecimiento de los distintos factores cambiaron significativamente. Los factores directos del crecimiento –capital humano y físico- explican menos de la mitad del mismo, en tanto que la mayor parte se debe a incrementos en la PTF. A su vez, el aumento del capital humano se explica totalmente por el crecimiento del empleo, que junto a la PTF dan cuenta de 80% del incremento de nuestra economía en los últimos años.

 

Producto potencial y brecha de producto en Uruguay

 

El producto potencial de una economía puede definirse como la producción que puede alcanzarse sin generar presiones inflacionarias. En base a este concepto, la teoría económica denomina brecha de producto a la diferencia entre el producto observado o real y el producto potencial. De esta forma, la brecha indica cuánto puede modificarse el producto efectivo para incidir sobre el desempleo sin ocasionar modificaciones en la inflación.

 

En consecuencia, esta estimación constituye una valiosa herramienta para el análisis económico. A modo de ejemplo, en el corto plazo la medición de la brecha de producto resulta un elemento útil para medir posibles presiones inflacionarias, mediante el análisis de los desbalances entre oferta y demanda agregada. Este instrumento brinda así una mayor precisión a las autoridades económicas para discernir si el crecimiento en la actividad se debe a cambios transitorios o permanentes, posibilitando un mejor diagnóstico de la economía.

 

El producto potencial no es observable en forma directa, y puede estimarse mediante diversas metodologías, que pueden hacer variar la estimación. Tomando como base el trabajo de Carbajal, Lanzilotta, Llambí y Velázquez (2007)1, optamos aquí por utilizar una metodología respaldada en la teoría económica, estimando una función de producción basada en los trabajos de Solow (1957).

 

Estimamos así el producto potencial a través de los determinantes de una función de producción neoclásica2, considerando como factores de producción  las dotaciones de capital físico y de capital humano estimadas para nuestra economía. El modelo arroja las participaciones de cada factor en la producción, y el producto potencial se obtiene cuando cada uno de ellos se encuentra en pleno empleo.

 

Esta técnica permite analizar la trayectoria tendencial de la actividad económica a partir de sus principales determinantes, identificando el rol de cada factor productivo en ella. Sin embargo, tenemos que tener en cuenta que esta metodología tiene una serie de desventajas asociadas a los supuestos muy restrictivos que asume, a la simplicidad en la representación de la tecnología de producción, a posibles errores de medición de los factores de producción y a problemas en la medición de la utilización de la capacidad instalada, entre otras.

 

Siendo conscientes de tales limitantes, planteamos la existencia de una relación de largo plazo entre el PIB y los factores productivos: stock de capital físico y capital humano, empleando series trimestrales para el período 1990.I-2010.IV. La relación estimada indica que la participación de largo plazo del capital humano en la producción es superior a la del stock de capital físico - 0,57 y 0,43, respectivamente-, resultado que se encuentra en línea con los de estudios anteriores.

 

La brecha de producto estimada en base al mencionado modelo muestra un comportamiento irregular durante los primeros dos años de la década de los noventa (véase gráfico 2). Sin embargo, desde 1992 hasta 2000, el producto efectivo se encontró por encima del potencial, con excepción del último trimestre de 1995, cuando se vio afectado por la crisis Tequila. A partir de 2001 la brecha se vuelve negativa, coincidiendo con el inicio de la recesión en Uruguay, y alcanzando su mínimo en el cuarto trimestre de 2002 (-16,4%). La brecha de producto revierte su signo negativo en el último trimestre de 2007, manteniéndose positiva hasta el presente.

Gráfico 1.

Fuentes del crecimiento en Uruguay

blx1.jpg

Fuente: Elaboración propia en base a BCU e INE. 

Gráfico 2.

 Estimación de la brecha de producto mediante función de producción

blx2.jpg

 

Fuente: Elaboración propia en base a BCU e INE.

 

Un ejercicio sencillo de contabilidad del crecimiento

 

 

Tal como se mencionó al inicio de este artículo, el crecimiento económico no solamente se debe a los  factores directos y, con mayor o menor dificultad, mensurables, como el capital físico y humano, sino también a la eficiencia general con que son combinados y utilizados. A este tercer elemento se lo denomina Productividad Total de los Factores (PTF), y es afectado por un conjunto de variables, incluyendo la innovación, el cambio tecnológico y su difusión, las políticas de gestión, el cambio organizacional, y, más generalmente, mejores maneras de producir bienes y servicios. Por esta razón se interpreta a la PTF como una medida del impacto del cambio tecnológico.

 

Podemos obtener una aproximación de la PTF a partir del residuo de la ecuación del producto potencial, estimada anteriormente.

Naturalmente, una mejor medición de los factores perfecciona el cálculo de la PTF y, con ella, la cuantificación del impacto del cambio tecnológico no incorporado.3

El instrumento comúnmente utilizado para medir y analizar la contribución de cada factor productivo y de la PTF al crecimiento es la contabilidad del crecimiento. Esta herramienta propone una descomposición del crecimiento económico observado en los componentes asociados a los cambios en los factores y el residuo, que como señalamos anteriormente refleja el progreso tecnológico.

 

Del análisis de la contabilidad del crecimiento aplicado a nuestra economía para las últimas dos décadas (1991-2010) se desprende que la mayor parte del mismo -casi 60%- se debe al incremento del capital humano (KH), seguido por el de capital físico (KF) -véase cuadro 1-. Adicionalmente, la incidencia del KH se divide casi en partes iguales entre la mayor cantidad de empleados y  la mejora en la calidad de la mano de obra.

 

                                                                   Cuadro 1.

                      Contribución de los factores productivos al crecimiento económico (%)

 

blx3.jpg

 *Crecimiento porcentual promedio en el período.

Fuente: Elaboración propia en base a BCU e INE.

 

Si partimos el período de estudio en dos, observamos durante la década de los noventa un comportamiento bastante similar al descrito, aunque con una mayor contribución tanto del capital físico como de la PTF. Lo que resalta en este período es que la mayor contribución del KH responde a una mejora en la calidad de la mano de obra. Esto es consecuencia de un incremento del empleo en las franjas más calificadas en paralelo a la destrucción de la ocupación en las categorías de menor calificación.

 

En lo que respecta a la década siguiente observamos que tanto el capital humano -resultado en buena medida del incremento del empleo- como el físico acrecientan notablemente su contribución, volviéndose negativa la de la PTF. La explicación de este resultado puede encontrarse en la crisis que sufrió nuestro país a partir de 2001, momentos en los que generalmente se ven afectados los factores institucionales, los regímenes de mercado, las regulaciones, la acción de los grupos de interés socioeconómico, las políticas estatales, monetarias, fiscales, educativas, de ciencia y tecnología, elementos que influyen sobre la PTF.

 

En cuanto a los últimos seis años, que promedian un crecimiento del PIB de 6,5%, podemos notar un importante cambio en la contribución al crecimiento por parte de los distintos factores. Las fuentes directas del crecimiento económico representan en este período tan solo el 48,3% del total, mientras que la PTF explica más de la mitad. Otro resultado a destacar es que en este período todo el incremento del capital humano se explica por el aumento del empleo, dado que la calidad de la ocupación repercutió en forma levemente negativa. Esta situación sugiere que si bien el proceso de crecimiento habría sido inclusivo - capaz de absorber fuerza de trabajo tanto calificada como no calificada- la acumulación de capital humano se habría detenido.

 

En suma

 

Este simple análisis permite concluir que entre 1990 y 2010, el crecimiento se vio impulsado por el incremento del capital humano, al tiempo que un 14,5% se explica por influencias no contenidas en los factores productivos sintetizadas en la PTF, usualmente identificada con el progreso tecnológico.

 

Durante la década de los noventa, el crecimiento se sustentó principalmente en la mejora de la calidad de la mano de obra, al incrementarse el empleo de las franjas más calificadas. En contraste, en la década siguiente el crecimiento se vio impulsado por el aumento del empleo, al tiempo que la PTF se contrajo como consecuencia de la crisis iniciada en 2001.

 

Al poner foco en los últimos seis años y dejar atrás la recesión de comienzo de siglo, las contribuciones al crecimiento de los distintos factores cambian significativamente. Los factores directos del crecimiento –capital humano y físico- explican menos de la mitad del mismo, en tanto que la mayor parte se debe al aporte de la PTF.

 

Enlace externo