El salto exportador de Paraguay: ¿Enfermedad holandesa o despegue industrial?*

2013

 

La economía paraguaya ha sufrido transformaciones significativas en los últimos diez años, particularmente en cuanto a su estructura productiva y a su capacidad de inserción internacional. En el año 2000 las exportaciones representaron el 12% del PIB y diez años después el coeficiente alcanzó a 26%. Si se compara el valor total de las exportaciones de años recientes en relación a la de los noventa se observa que las mismas se multiplicaron por seis: un verdadero “salto exportador”. Este fenómeno se debe, entre otros, al desarrollo del complejo oleaginoso y a las innovaciones tecnológicas y de buenas prácticas introducidas en el sector cárnico.  

Estas transformaciones han modificado estructuralmente las exportaciones paraguayas. En la década de los noventa los envíos de “Fibras de algodón” representaron el 30% del total exportado por el país y en la actualidad alcanzan apenas el 0,8%. Otro ejemplo de transformación corresponde a los “Productos de la carne” que en los noventa representaban el 6% del total exportado mientras que en el 2011 significó el 21%.

Algunos analistas consideran que el salto exportador basado en los productos primarios podría “enfermar” al resto de la economía exportable (transable). Esto es, el aumento fuerte de las exportaciones de productos primarios (como la soja) podría perjudicar la competitividad del resto de los sectores exportadores como el de los bienes manufacturados, generando así la desaparición del tejido productivo industrial. Este temor se basa en la experiencia de otros países que experimentaron lo que se conoce con el nombre de “enfermedad holandesa”.

El caso se volvió famoso en la década de 1960 cuando los Países Bajos descubrieron grandes yacimientos de gas natural y su riqueza aumentó considerablemente. En contrapartida el florín holandés se apreció significativamente y acabó perjudicando la producción y exportación de los bienes no petrolíferos. Esta “enfermedad” no es nueva, por el contrario, se tiene conocimiento de la misma desde siglos atrás cuando “el oro de América empobreció a España”.   

Efectivamente, la gran cantidad de oro que ingresó a las arcas del Reino español condujo a una apreciación del tipo de cambio en ese país, llegando a un nivel en el que para los españoles resultaba más conveniente importar bienes manufacturados del resto de Europa que producirlos en España. Esto tuvo consecuencias muy negativas para el sector industrial y marcó la historia del desarrollo económico español.

El objetivo del presente artículo es determinar si el salto exportador que registra el Paraguay se viene dando en desmedro de la industria o si se corresponde a un “salto” equilibrado en el que existe una complementación o integración entre el sector primario e industrial. Para este efecto se presentarán datos de bienes de exportación clasificados en primarios, agroindustriales y manufactura. Se analizará además la composición de los productos exportados a efectos de establecer si el salto exportador favoreció a los productos que utilizan intensivamente recursos naturales (tierra), capital, trabajo o conocimiento (Investigación y Desarrollo).   

 

 

 

 

El salto exportador de Paraguay

  

En los últimos años las exportaciones paraguayas han comenzado a crecer a un ritmo cada vez más sorprendente, impulsado en parte por los buenos precios internacionales que se derivan de la creciente demanda mundial de productos primarios.

En el Gráfico 1 se observa cada uno de los periodos y puntos de quiebre experimentados por las exportaciones paraguayas. En el periodo 1990-2002 el desempeño exportador del país fue muy pobre. En esa época los envíos crecieron a una tasa promedio de 0,3% y el valor de exportaciones permaneció constante en el entorno de los US$ 890 millones.   Posteriormente, entre los años 2003 y 2006 se produjo un despegue moderado donde las exportaciones crecieron a una tasa anual promedio del 17%. Finalmente, entre los años 2003 y 2011 el salto exportador se consolida cuando las exportaciones crecen a una tasa anual promedio del 22%.   

 

Gráfico 1 Exportaciones de Paraguay en millones de dólares (1990-2011)

 

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Fuente: elaboración propia con datos del BCP 

 

El salto exportador experimentado por el país se sustenta en el crecimiento de envíos de productos primarios, en particular el de semillas oleaginosas. Este rubro acabó desplazando a los productos exportados por Paraguay en el año 1995. En efecto, en 1995 el país registraba como principal rubro de exportación a las fibras de algodón que por entonces acumulaba ventas totales al mundo por valor de US$ 268 millones (30% del total exportado). El segundo rubro en orden de importancia correspondió a semillas oleaginosas que en 1995 representaba el 19% del total exportado por el Paraguay.

 En el caso de las fibras de algodón las exportaciones en el 2011 apenas alcanzaron US$ 17 millones, mientras que las semillas oleaginosas pasaron de US$ 178 millones en 1995 a US$ 2.389 millones en el 2011. Otros productos primarios que crecieron fuertemente entre 1995 y 2011 fueron los cereales (maíz, avena, sorgo y otros cereales) de US$ 22 millones a US$ 352 millones; Trigo de US$ 5 millones a US$ 170 millones; y Arroz, que en 1995 no registraba exportación, mientras que en el 2011 sus ventas externas fueron por valor de US$ 86 millones.  Sin embargo, el salto exportador no solo se registró en los productos primarios. Algunos productos agroindustriales y de la manufactura también crecieron significativamente entre 1995 y 2011, destacándose entre los principales Aceites y pellets que de un total de US$ 107 millones pasó a US$ 727 millones; productos de la carne de US$ 53 millones a US$ 759 millones; textil y prendas de vestir de US$ 37 millones a US$ 114 millones; productos químicos y de plásticos, de US$ 28 millones a US$ 213 millones; productos alimenticios de US$ 12 millones a US$ 91 millones; y finalmente, azúcar (principalmente orgánica) de US$ 6 millones a US$ 91 millones. 

 

Tabla 1 Estructura de las exportaciones 1995 y 2011 

 

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Fuente: elaboración propia con datos del BCP 

 

El salto exportador experimentado por el Paraguay ha sido equilibrado debido a que a la par en que se incrementaron las exportaciones de productos primarios también aumentaron las exportaciones de productos industriales tal como se puede observar en el Gráfico 2.  En 1995 la exportación de productos industriales totalizaba US$ 362 millones y en ese entonces representaba el 40% de las exportaciones totales. En el año 2011 los envíos de productos industriales alcanzaron US$ 2.470 millones (diez veces el valor de 1995) y representaron el 45% del total exportado; por lo que puede concluirse que el salto exportador también estuvo sustentado por un incremento en la producción de bienes industriales.   

 

Gráfico 2 Salto exportador de productos primarios e industriales (en millones de US$) 

 

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Fuente: elaboración propia con datos del BCP  

 

Intensidad factorial de las exportaciones  

Hasta ahora los datos analizados hablan de un salto exportador compartido entre productos primarios e industriales. Sin embargo, la clasificación empleada hasta este momento es excesivamente general. Esto podría ocultar información relevante que ayude a lograr resultados más concluyentes respecto al salto exportador equilibrado observado en el desempeño de las exportaciones paraguayas. Por este motivo por el cual se utilizará una clasificación más detallada basada en el contenido factorial de los productos exportados. Para clasificar los bienes exportados según el factor de producción utilizado intensivamente en su proceso de elaboración, se extrajeron datos de exportación a 6 dígitos del Sistema Armonizado, y posteriormente se los clasificó siguiendo la metodología desarrollada por el Grupo CTP – DATA (Universidad de Paris I, XI y XIIII), en base a la tradicional clasificación de Pavitt (1984) y la modificación de Guerreri (1992)1.  

Los datos presentados en el Cuadro 2 confirman nuevamente que el salto exportador en Paraguay fue equilibrado. Es decir, no se basó exclusivamente en el aumento de los productos primarios sino que además participaron de manera significativa los envíos de las exportaciones industriales. En términos generales se puede observar que en 1995 la exportación de Paraguay al mundo representó 11,4% del PIB, mientras que en el 2011 el 26%, representando un proceso de internacionalización de la producción paraguaya.

Cuando se descomponen las exportaciones en productos agrícolas y productos industriales se observa que ambos grupos de bienes experimentaron un importante incremento. En el caso de los productos agrícolas, las exportaciones crecieron de US$ 557 millones en 1995 a US$ 3.047 en el 2011, mientras que la participación respecto al PIB se duplicó pasando de 6,9% en 1995 a 14,3% en el 2011.  

Por su parte las exportaciones de productos industriales también “saltaron” de US$ 362 millones en 1995 a 2.470 millones en el 2011 En términos relativos las exportaciones industriales pasaron de representar 4,5% del PIB en 1995 a 11,6% del PIB en el 2011. Al desagregar los productos industriales en agroindustriales y manufacturas, se observa que ambos han experimentado un importante salto exportador.

En el caso de los productos agroindustriales el valor de las exportaciones en 1995 fue de US$ 277 millones, mientras que en el 2011 alcanzó US$ 2.030 millones. Esto, en términos del PIB significó un aumento de la participación de 3,4% en 1995 a 9,6% en el 2011, tres veces más que hace una década y media atrás. El aspecto más interesante de este sector es que el 97% de lo exportado corresponde a productos que emplean mano de obra de manera directa e intensiva. Además, el aumento en la escala de producción de bienes agroindustriales pudo haber “motorizado” el crecimiento de otros sectores de la economía, tales como la logística de transporte, servicios financieros especializados, servicios profesionales independientes, etc.  Por último, las exportaciones de productos de la manufactura también dieron un interesante salto exportador en el Paraguay. En el año 1995 las exportaciones de manufactura totalizaban apenas US$ 85 millones mientras que en el 2011 este se multiplicó por cinco, llegando a actualmente a los US$ 440 millones. En términos de participación del PIB las exportaciones de manufactura se duplicaron (1,1% en 1995 a 2,1 en el 2011).  

 

Tabla 2Exportaciones por intensidad factorial como proporción del PIB (en %) 

 

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Fuente: elaboración propia con datos del BCP, basado en la clasificación de Pavit (1984).   

 

Enfermedad holandesa y tipo de cambio  

 

En períodos de auge exportador como el actual, los flujos de divisas aumentan considerablemente y la utilización de las mismas en el mercado local produce una presión sobre la demanda de la moneda nacional.

Esta mayor demanda de moneda local puede ser absorbida a través de dos vías. Por un lado, podría dejar que los precios varíen (cuando el tipo de cambio no fluctúa), o por otro lado el tipo de cambio nominal podría apreciarse (cuando el tipo de cambio fluctúa). No obstante, cualquiera sea el camino escogido, el resultado final es siempre el mismo: la apreciación del tipo de cambio real.

La literatura señala que una apreciación del tipo de cambio real, asociada con un auge exportador de bienes primarios, puede llegar a debilitar la competitividad de los productos industriales. En el caso de Paraguay por ejemplo, el auge exportador de la soja, al producir un ingreso fuerte de divisas, debería generar una apreciación del tipo de cambio real del guaraní respecto al dólar y como consecuencia se podría producir desequilibrios en las empresas nacionales fabricantes de productos industriales (confecciones, productos de químicos y de plásticos, alimentos y bebidas, etc), pudiendo incluso producirse el cierre de las empresas industriales (síntoma de la “enfermedad holandesa”).  

En el Gráfico 3 se muestra una línea continua que representa el Tipo de Cambio Efectivo Real de la serie mensual publicada por el Banco Central del Paraguay (TCER observado). También se presenta una línea discontinua que representa el valor de equilibrio aproximado del tipo de cambio real (TCER de equilibrio). En ese ámbito, cuando el valor del TCER observado se encuentra por encima del TCER de equilibrio se puede afirmar que el tipo de cambio real está sobre devaluado. Por el contrario, cuando el TCER observado está por debajo del TCER de equilibrio, se concluye que el tipo de cambio real está sobrevaluado.

Los datos revelan que en los tres primeros años del inicio del salto exportador (2003-2005) la tendencia del tipo de cambio real fue a la depreciación. Recién comienza a mostrar signos de apreciación a partir del año 2006. Esta tendencia de apreciación cambiaria, al estar asociada al auge exportador de productos primarios sería “uno” de los síntomas de la enfermedad holandesa. El “otro” síntoma debería ser la caída (en rigor, la desaparición) de las exportaciones industriales del país. Sin embargo, tal como se ha visto en este trabajo, las exportaciones de bienes industriales (agroindustriales y manufactureros) crecieron fuertemente.  ¿Qué factores explicarían el hecho de que las exportaciones industriales hayan crecido a pesar de la apreciación del tipo de cambio real? Una explicación factible sería que la expansión productiva del sector agrícola se dio en un contexto de mejora significativa en la productividad. Efectivamente, la soja al sustituir la producción algodonera minifundiaria introdujo avances tecnológicos que liberó una gran cantidad de mano de obra (desempleo rural), pero al mismo tiempo la cantidad de producto por unidad de tierra y de trabajo aumentó significativamente2. El aumento significativo de la productividad en el Paraguay esta debidamente documentado en los trabajos de Borda (2012), Braumann (2010), Rodríguez (2010) y Ruiz Díaz (2011). Algunos de estos trabajos revelan que en el periodo 2003-2010 la productividad de factores llegó a explicar casi la mitad del crecimiento económico del país. En todo ese tiempo (2003-2010) se produjo además un flujo importante de Inversión Extranjera Directa, atraídos para cubrir demandas insatisfechas en el mercado local y también por las expectativas de expansión de la producción de soja [Herken, 2012].  

 

Gráfico 3 Comportamiento del Tipo de Cambio Real (TCR)**

(de enero de 1997 a setiembre de 2012)

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Fuente: elaboración propia con datos del BCP.(*) Cifras preliminares, BCP (2012).(**) Para el TCR de equilibrio se utilizó como medida aproximada los valores de tendencia extraídos a través del Filtro Hodrick-Prescott. 

 

Conclusiones

  

No existen indicios de enfermedad holandesa en el país. Por el contrario, la transformación de la economía paraguaya de los últimos diez años ha generado oportunidades para el despegue industrial, las cuales se encuentran “escondidas” en la potencialidad agroindustrial.

La política económica debe apostar a este sector, diseñando para ello incentivos adecuados que ayuden a “alargar” el encadenamiento de la actividad agroindustrial a fin de incrementar el valor de los productos.  

A pesar de algunas afirmaciones, en este documento se presenta evidencia que demuestra que el salto exportador experimentado por el país ha sido equilibrado. Tanto la agroindustria como los productos de la manufactura crecieron a la par del ritmo de internacionalización de la economía, empujado por un crecimiento sorprendente de la exportación de productos primarios.

El aumento importante de la exportación de bienes de la manufactura contraviene las afirmaciones de enfermedad holandesa. Esta situación, junto con la apreciación cambiaria permite concluir que durante los últimos años Paraguay ha experimentado incrementos importantes en la productividad de los factores de producción.  

Estos datos dan cuenta que la integración del sector primario empresarial al resto de la economía podría ser factible en un contexto mucho más armonioso de lo que generalmente se piensa. El desafío es del Estado, quien debe articular políticas e instituciones que ayuden a potenciar la complementariedad productiva y la integración de cadenas de valor.

Las condiciones iniciales en las que se produce el salto exportador podrían ser relevantes para explicar porque este no afecta al Paraguay en la misma medida que a otros países. Si las condiciones iniciales importan, lo válido sería que este fenómeno sea analizado mediante estudios que abarquen a un número importante de países. Finalmente, es conveniente destacar que el aumento de la productividad en el Paraguay, impulsado por la mecanización de la agricultura se dio bajo un fuerte impacto social. Esta realidad debe ser atendida por la política industrial a fin de tener en cuenta la necesidad de proveer de nuevas habilidades y oportunidades productivas a las personas afectadas por la expulsión granelera y el desarraigo de las tierras del campo.  

 

Notas:
* Artículo publicado previamente en el Observatorio de Economía Internacional de CADEP
1Con modificaciones de actualización y apertura, la metodología empleada en el presente documento está basada en lo desarrollado previamente por Masi, F. y Ruiz Díaz, F. (2007).

2La concentración productiva y la mejora en la productividad agrícola fue la causante del aumento en el desempleo del sector rural (Richard, D., 2011).

 

 

Referencias

 

BORDA, D. (2012). “La economía política del crecimiento, pobreza y desigualdad en el Paraguay (1968-2010)”. En Abente, D. y Borda, D. (Eds.). El reto del futuro. Ministerio de Hacienda, Asunción.

 

BRAUMANN, B. (2010). “Crecimiento potencial a largo plazo”. En A. Santos (Ed.) Paraguay. Haciendo frente a la trampa del estancamiento y la inestabilidad, (pp. 313-321), Washington D.C.

 

HERKEN, J., ARCE, L. Y OVANDO, F. (2011). “La economía del Paraguay entre 1940-2008. Crecimiento, convergencia regional e incertidumbre”. En Masi, F. y Borda D. (Eds.) Estado y Economía en Paraguay 1870-2010, (pp. 55-111), CADEP, Asunción.

 

MASI, F. Y RUIZ DÍAZ, F. (2007). “Empleo en el sector de la producción transable no agrícola en el Paraguay”. En D. Borda (Ed.) Economía y Empleo en el Paraguay CADEP, Asunción.

 

RICHARD, D. (2011). “Estancamiento económico y modelo exportador en Paraguay. Un análisis de series de tiempo”. En. Masi, F. y Borda D. (Eds.), Estado y Economía en Paraguay 1870-2010, (pp. 112-144). CADEP, Asunción.

 

RODRÍGUEZ, P. (2010). “El reto de sostener el crecimiento”. En A. Santos (Ed.) Paraguay. Haciendo frente a la trampa del estancamiento y la inestabilidad, (pp 322- 346), Washington D.C.

 RUIZ DÍAZ, F. (2011). “La visión neo-institucional de las reformas del periodo 2003-2005”, en mimeo, Asunción. 

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