EL documento de trabajo presenta un breve diagnóstico sobre el actual sistema uruguayo de protección social. En base a ello se analizarán las nuevas políticas de bienestar y sus desafíos, discutiendo si abordan los principales problemas socioeconómicos y si se cuenta con las capacidades institucionales apropiadas para llevarlas adelante. En función de ello se realizaron ensayos prospectivos sobre las posibilidades de continuar modificando el esquema de seguridad y asistencia y los impactos sociales y políticos que generaría.
El documento de trabajo se estructura de la siguiente manera. Una introducción que aborda la evolución del mercado de trabajo, la reforma de salud y las políticas de asistencia; y se analiza la oferta pública social en la provisión de bienestar. En un tercer ítem se trata en términos generales la estratificación de la sociedad uruguaya de manera de identificar los distintos estratos y sus modalidades de cobertura. En cuarto lugar se realiza un ejercicio preliminar sobre el vínculo de la intervención del Estado en la provisión y la evolución de la opinión pública. Por último, se ensayan posibles escenarios de bienestar nacional en el intento de identificar posibles reconfiguraciones del sistema de protección social en los próximos 25 años.
En el tema de la evolución del mercado de trabajo y las políticas de seguridad social, los autores destacan que la orientación de la política laboral tuvo un cambio significativo en ese período, el cual promovió la asunción de un rol activo del Estado y se adoptan una serie de medidas: i) la regulación de las relaciones laborales y el fomento del tripartismo, ii) una política de recuperación del salario y iii) la promoción de la formalización del empleo.
En el plano de los indicadores del mercado laboral, tanto de la tasa de participación como de empleo y desempleo, que habían sufrido un fuerte deterioro en el contexto de recesión y crisis económica. Especialmente favorable es el desempeño de la tasa de desempleo, que se ubicó en niveles muy bajos, llegando al 6,1% en el año 2012. A partir de 2005 se comienza la utilización del salario mínimo como herramienta política de regulación en el mercado laboral, aunque la mayor parte del periodo su valor apenas supera la línea de pobreza. Por esta razón, aún subsiste un amplio segmento de trabajadores que perciben retribuciones bajas. En tal sentido, el 48% de los asalariados en 2012 recibían sueldos líquidos inferiores a $14.000, monto que resultaba insuficiente para cubrir el valor equivalente a dos líneas de pobreza urbana per cápita. Este problema es más agudo entre los asalariados informales, ya que el 80% de estos consiguen ingresos inferiores a ese monto (ICD 2013:1)
Los autores analizan la condición laboral de los miembros de cada grupo o estrato socioeconómico y sostiene que como era de esperar, para un país con tradición en bienestar social la mayoría de los conglomerados se encuentran de diversa manera protegidos. Este resultado no llama la atención para un país que supo contar con un sistema de bienestar extensivo e inclusivo del conjunto de los estratos sociales, y que simultáneamente procesó en la década de los noventa la reforma socioeconómica de manera moderada, sin desmontar su esquema de protección social.
En la parte final del documento se elaboran las consideraciones finales y escenarios futuros del sistema de bienestar uruguayo.
Los escenarios prospectivos se realizan en base a grandes asuntos del sistema de protección social nacional y es posible aventurar dos escenarios posibles de modificación del esquema de protección uruguayo en los próximos veinticinco años.
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