Recientemente ha aparecido entre los policy makers un tema que hace rato está en los ámbitos académicos: el potencial “desajuste” de los tipos de cambio entre las principales economías del mundo. Estas semanas la presión de los países avanzados -y del FMI- hacia las economías emergentes, reclamándole que dejen apreciar sus monedas, y la rápida respuesta de Guido Mantega provocaron un deja vu que remite a las políticas de “empobrecer al vecino” que fueron tan usuales a la salida de la crisis del 29 y explicaron la autarquía comercial y financiera que reinó en los quince años siguientes. Por ello es útil preguntarse qué está detrás de este debate y qué puede esperarse de acá en más.
El nivel de actividad y los precios siguen evolucionando en línea con lo observado en meses recientes, lo que hace prever que el año 2010 cerrará con crecimiento e inflación altos. Cabe indicar, no obstante, que el nivel de actividad muestra una cierta desaceleración al tiempo que no ocurre lo mismo con la inflación. No sorprende, en este contexto, que la recaudación tributaria esté mostrando resultados muy positivos, con un ritmo de incremento que se ubica bien por encima de la inflación. Esta trayectoria recaudatoria hace que pueda descartarse la eventualidad de que el gobierno enfrente situaciones de iliquidez fiscal en el corto plazo, aún cuando el gasto público no detiene su marcha ascendente y se mantiene en niveles históricos récord. La situación externa también es favorable: las exportaciones han subido en circunstancias en que los precios de las commodities se mantienen y la economía Brasileña, por el momento, continúa presentando una combinación de tipo de cambio y nivel de actividad que resulta conveniente para sostener el ritmo de la actividad en nuestro país.
Los datos de cuentas nacionales recientemente publicados por el BCU indican que el PIB creció durante el segundo trimestre del año un 10,4% respecto de igual período del año anterior. Por su parte, la tasa de crecimiento ajustada por estacionalidad del trimestre alcanzó a 1,8% (equivalente a 7,2% en términos anualizados). Estos datos confirman que el nivel de actividad retomó durante el presente año una clara trayectoria expansiva, con registros de crecimiento similares a los observados previamente al crash global de finales de 2008 y comienzos de 2009.
La decisión de la Organización Mundial de Comercio del 28 de noviembre 1979 (L/4903) titulada “Differential and More Favorable Treatment, Reciprocity and Fuller Participation of Developing Countries” introdujo la posibilidad de tratamiento favorable y diferencial a estos países. La misma es reconocida como la Cláusula de Habilitación (“Enabling Clause”). Esta incluye básicamente: i) Preferencias arancelarias acordadas por países desarrollados (PD) a productos originados en los países en vías de desarrollo (PVD) de acuerdo al Sistema Generalizado de Preferencias (SGP); ii) Tratamiento diferencial y mas favorable respecto a restricciones no arancelarias; iii) acuerdos regionales o globales entre PVD; iv) Tratamiento especial a los Países Menos Desarrollados (PMD) 1 dentro de los PVD; v) El objetivo es promover el comercio de los PVD; vi) No constituir un impedimento de reducción de restricciones sobre la base de la Nación más Favorecida (NMF): vii) El tratamiento puede ser modificado por los PD para responder a las necesidades de los PVD; viii) Los PD no esperan reciprocidad de los PVD que sea inconsistente con sus necesidades individuales.
Una mirada rápida a la evolución de la economía en el último par de meses podría llevar a la conclusión de que el cuadro no ha cambiado excesivamente en relación a lo que venía ocurriendo: la demanda agregada sigue entonada –aunque el ritmo de la producción se resintió debido a cuellos de botella puntuales– mientras la inflación sigue incólume su curso. Una mirada más atenta, sin embargo, revela factores que podrían devenir fácilmente en fuentes de inestabilidad. Entre esos factores sobresalen el deterioro de la situación internacional y los conflictos domésticos que afectan instituciones económicas muy básicas como los derechos de propiedad, la libre circulación de bienes y las relaciones del trabajo.
Hasta hace pocos meses reinaba un moderado optimismo sobre las perspectivas de recuperación de la crisis subprime. Si bien Europa se mantenía en alerta, el bajo contagio y la rápida recuperación del mundo emergente, por un lado, y la sensación de “lo peor ya pasó” en el mundo avanzado, por el otro, marcaron la agenda en el último año. La discusión, entonces, mutó naturalmente hacia las estrategias de retiro de los estímulos excepcionales de política fiscal y el "des-relajamiento" cuantitativo de la política monetaria. Sin embargo, en los últimos meses la visión de consenso se fue ensombreciendo, habida cuenta de una fuerte desaceleración en la recuperación en el segundo trimestre y una sensación de que la inestabilidad global llegó para quedarse.
En esta breve reseña se ofrecen datos sobre la estructura de la industria farmacéutica en Paraguay en términos de valor agregado, ventas, inversión extranjera directa, exportaciones e importaciones y la incidencia que tienen los intercambios de los productos farmacéuticos en su comercio con el Mercosur y el Resto del Mundo.
1. La teoría
El incremento del comercio dentro del MERCOSUR desde el episodio de liberalización unilateral presentaba interrogantes sobre la importancia del desvío de comercio, y sobre la magnitud en que éste fue compensado por el efecto consumo y la creación de comercio. No se conoce en qué medida la estructura actual del comercio fue afectada por la política comercial de los socios, por ejemplo, restringiendo en el caso de Brasil importaciones manufactureras argentinas más complejas en su contenido factorial que compiten con su producción doméstica, o incentivando importaciones basadas en recursos naturales escasos en Brasil (Agro-industrias o Petróleo y derivados). De cualquier forma, la similitud de la dotación factorial entre los socios del MERCOSUR implicaba esperar un aumento del comercio intra-industrial (comercio de dos vías).
La ciudad de San Juan, Argentina fue el lugar elegido para que en los primeros días de Agosto de 2010 se realice la trigésimo novena reunión del Consejo de Mercado Común de Mercosur (denominado CMC). Dicha reunión fue una de las más fructíferas para el avance de la agenda económica del bloque desde la Cumbre de Ouro Preto (Minas Gerais, Brasil) en 2004.
A medida que pasa el tiempo y se avanza en la recuperación de la crisis global, emerge una simetría: así como la crisis fue sui generis, también lo está siendo la recuperación. Las noticias positivas se alternan con las negativas, problemas de corto plazo (como la estabilización de la demanda agregada) se mezclan con problemas de largo plazo (como la sustentabilidad de la deuda pública) y es difícil saber cuánto se rompió en la crisis y cuánto se arregló en lo que va de la recuperación. Hasta el momento, la lista de lo que no sabemos supera ampliamente a la de lo que sabemos. Sobre esta última, sin embargo, trata esta nota.