Desde hace unos años se viene mencionando cada vez con mayor fuerza, que la agroindustria, entendida como el sector encargado del procesamiento de materias primas provenientes del sector primario, está llamada a ocupar un rol central dentro de la estructura productiva del Paraguay, puesto que posee el potencial de aportar mayor valor agregado a la producción y a las exportaciones. Sin embargo, a pesar de este gran compromiso, el complejo agroindustrial no ha tenido aún la explosión deseada.
Documento de Trabajo 1 Serie Uruguay + 25
El documento de trabajo inicia con un estudio de Mordecki y Ramírez titulado Inversión, crecimiento y empleo que analiza la relación entre crecimiento, empleo e inversión para la economía uruguaya considerando el período comprendido desde 1988 hasta 2011, de forma de analizar los dos últimos ciclos expansivos de la economía nacional. Para eso, se estima un modelo econométrico intentando encontrar relaciones de largo plazo entre las variables, utilizando la metodología de cointegración de Johansen.
El mítico tour de Deng Xiaoping al Sur de China para “difundir la palabra” de la reforma en 1992 dio inicio a una etapa de aceleración del crecimiento sólo comparable con el ascenso de los Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XXI, o Europa occidental en el siglo XVII y XVIII. Las recientes estimaciones del International Comparison Program ubican al PBI de China por encima del PBI de Estados Unidos, lo que implicaría el primer cambio de guardia desde 1872, cuando la economía norteamericana sobrepasó al Reino Unido. Este reacomodamiento seguramente perdurará con la reforma en curso en China e importa a la economía internacional porque implica una “nueva normalidad” para la globalización.
El INDEC dio a conocer las nuevas cuentas nacionales con base en 2004. En todos los países suele ocurrir que al cambiar la base de cálculo se producen cambios más o menos marginales en los valores del PBI, el consumo o la inversión. El problema en el caso de nuestro país es que las diferencias distan de ser marginales: son tan grandes que no resulta exagerado decir que las correcciones que presentó el INDEC cambian de manera significativa la interpretación que debe hacerse de los desafíos más importantes que está enfrentando la economía argentina en la actual coyuntura. Se impone, en función de esto, un breve repaso de las diferencias que resultan más importantes cuando se trata de re-interpretar los datos de la coyuntura a la luz de la nueva información.
Durante el último mes, la tregua que viene observándose desde febrero en el mercado de cambios se ha mantenido. La brecha cambiaria se ubicó en un entorno del 30% y el dólar oficial no se ha movido de los ocho pesos. Así, se logró el ansiado objetivo de llegar al segundo trimestre con una situación cambiaria bajo relativo control, momento en el que una mayor liquidación estacional de exportaciones torna la situación de reservas mucho más manejable. La prolongación de la tregua seguramente habrá tonificado un poco el ánimo de las autoridades. Si bien la base que sostiene la tregua es frágil, las urgencias del día a día son menores que las que se observaban en el tormentoso comienzo de enero, cuando el Banco Central no encontraba la forma de detener el drenaje de divisas.
Tal como ha sucedido a lo largo de la historia, las decisiones políticas y económicas de la vecina orilla repercuten en nuestro país con distinta magnitud y rapidez, a través de diversos canales. En esta oportunidad los impactos directos de la economía argentina y su inestabilidad parecen transmitirse a través del canal comercial, en tanto Argentina constituye uno de los principales socios comerciales a nivel global, en especial en términos de servicios turísticos. Por tanto, la pérdida de valor del peso argentino altera los precios relativos y la competitividad al tiempo que las restricciones argentinas al comercio importador afectan directamente las exportaciones uruguayas. El sistema financiero ha reducido sustancialmente su exposición al riesgo argentino, registrándose muy bajos porcentajes de depósitos y créditos a argentinos en la plaza local, con lo que no se espera impactos significativos en este sentido.
por José Fanelli
Uno de los aspectos más desconcertantes de la política económica hacia fines del año pasado y principios del actual era la de su lentitud para reaccionar en el plano monetario ante un ritmo de pérdida de reservas que en ocasiones superó los 100 millones de dólares en un solo día. Ante una situación así, era natural conjeturar que con tal de mantenerse fiel a su libreto ("no devaluaremos"; "las tasas de interés no se tocan") el gobierno estaba dispuesto a asumir el riesgo de que ocurriera una crisis macroeconómica. Era una conjetura algo perturbadora. Si se producía una crisis ¿cómo harían las autoridades para manejar económicamente la transición hasta el 2015?
Entre 2008 y 2012, uno de los hechos más destacados por analistas y académicos fue la resistencia de las economías emergentes al descalabro global originado por la crisis Subprime. Frentes fiscales y externos sólidos, y sistemas financieros protegidos, se dijo, eran la causa. Sin embargo, el viento parece haber cambiado de sentido, y cada vez reúne mayor consenso la idea de que el foco de inestabilidad global se ha mudado a un barrio más pobre. El comienzo de viraje hacia la “normalidad monetaria”, en diciembre último, llevó a una fuerte reevaluación del riesgo emergente, en particular del grupo llamado “los 5 frágiles”: Brasil, India, Indonesia, Turquía y Sudáfrica (BIITS). Se trata de países muy integrados a las finanzas globales, de manera que han recibido de lleno la caída en el apetito por el riesgo emergente y sus monedas se depreciaron marcadamente en los últimos meses.
En los últimos años la economía del Paraguay creció a una tasa promedio de 4.5%, cifra alentadora pero que al mismo tiempo genera confusión debido a que el país sigue siendo pobre. Este artículo pretende ahondar este aspecto.
La coyuntura económica ha adquirido una dinámica vertiginosa. Prácticamente todos los días hay noticias y medidas de gran impacto que sólo esporádicamente se presentan en economías más ordenadas. Un repaso rápido desde que empezó el año: se devaluó el peso cerca de 20%, el Banco Central aumentó abruptamente y sin aviso las tasas de interés y los docentes adelantaron que pedirán más del 60% en las paritarias... Un problema adicional es que las autoridades no logran evitar que se note que sus políticas son meramente reactivas y sin un rumbo definido: se lanzan medidas y se modifican con diferencia de días (como ocurrió, por ejemplo, con la flexibilización del cepo); o se siguen estrategias contradictorias: se continúa emitiendo para financiar el déficit y luego se suben las tasas brutalmente para evitar que la emisión siga presionando sobre la inflación y la brecha cambiaria.